viernes, 23 de julio de 2010

El llanto de un bebé.



El llanto de un bebé en una sala de parto, es atesorado como un regalo de vida por los padres.

El bebé pequeño no cuenta con un lenguaje que les permita expresarse de manera sencilla como los adultos, pasarán varios meses antes de que sea capaz de expresarnos algo a través de un vocablo rudimentario y limitado en palabras. Mientras tanto el llanto será su única manera de comunicarnos aquello que le incomoda o provoca malestar.

Cuando un bebé llora, la madre comienza a buscar posibles causas, encontrado en la alimentación una primera respuesta a su interrogante, cálidamente pondrá al bebé sobre su pecho y le alentará a alimentarse, si la madre ha acertado en su intuición, el bebé dejará de llorar y se dormirá plácidamente sobre ella.

El bebé pequeño que toma leche materna, debe alimentarse cada vez que él lo requiera, no es recomendable (por lo menos durante los primeros meses) estructurar un horario rígido para la alimentación. Debemos tener presente que durante este periodo sus necesidades son fisiológicas, y todas las “demandas” que realice a través del llanto irán en esa dirección. Es importante señalar que el bienestar emocional del bebé en esta etapa, depende de su bienestar físico, debemos ser generosos con él, ya habrá tiempo más adelante para ordenar los horarios de alimentación.

En algunas ocasiones un pañal sucio puede provocar irritación y dolor, ante esto el bebé utilizará la única herramienta de que dispone para comunicarles a los padres que esta incomodo con el pañal, el utilizará el llanto. Aunque debemos señalar que esta reacción no emana de un proceso reflexivo del infante, el llanto ante el dolor es una repuesta refleja de su organismo. Cosa similar ocurre con todas aquellas situaciones que representen dolor para el bebé, algo tan inofensivo como la etiqueta de la ropa puede provocar irritación, dolor y llanto. Los gases y cólicos también provocan malestar que pueden traducirse en llanto.

Estos ejemplos nos ayudan a graficar de manera sencilla la función que cumple el llanto en la vida de los bebes, si ellos no lloraran probablemente no podrían sobrevivir, en este sentido el llanto es parte de nuestra historia evolutiva como especie humana.

Considerando esta primera apreciación podemos señalar que el llanto de un bebé en ningún caso es malo, es una herramienta que nos ayuda a comprender mejor las necesidades de nuestros hijos. Si le prestamos atención podremos determinar sus causas y responder mejor a esas señales. Son variadas las posibles razones por las que llora un bebé y se podría hacer un listado extenso con todas ellas, pero lo importante es entender una regla general: detrás del llanto de un bebé pequeño hay siempre una demanda física: alimentación, dolencias, abrigo o simplemente la necesidad de ser contenido.

Hemos señalado que los bebés pequeños lloran por que la naturaleza los ha dotado con esa herramienta para lograr la atención de sus padres, quienes deberán decodificar la “intencionalidad” que tienen los distintos llantos, aunque suenen todos iguales. Pero a veces no hay razón aparente que explique por qué llora un niño, basta que la madre lo tome en sus brazos para que él se calme. Esta conducta forma parte de la naturaleza humana y de muchas especies del reino animal, y se denomina conducta de apego. Si tenemos la posibilidad de mirar a las leonas con sus cachorros, veremos que estos últimos siempre permanecen cerca de la madre, de vez en cuando se alejan para explorar y jugar, pero pronto buscan su regazo y seguridad.

Los bebés también requieren de la proximidad de la madre para sentirse seguros, el contacto físico que se le entrega al acurrucarlo le transmite aquella seguridad. Si el bebé llora por el sólo placer de permanecer en los brazos de la madre, se estará comportando como cualquier bebé normal que busca a su madre. No lo hará por ser un niño mañoso como podrían pensar algunas personas.

Los bebés que lloran buscando la cercanía de la madre y que no reciben respuestas positivas de parte de ella, se vuelven inseguros, demandantes y tienden a lloran mucho más que los que encuentran una respuesta positiva en unos cálidos brazos.

Si el llanto del bebé es persistente y todas nuestras acciones no logran tranquilizarlo, se debe recurrir al medico pediatra para que lo examine. Como ya comentamos el llanto siempre nos comunica algo.

Debemos considerar el llanto como una conducta básica necesaria en la vida del bebé, pretender lo contrario es ir contra la naturaleza humana.

“Los brazos de una madre o un padre (o figuras significativas, como abuelos, tíos, hermanos, cuidadoras.) son el mejor refugio que un bebé pueda encontrar en este mundo, para ellos significará seguridad y confianza el resto de su vida, el costo de un cálido abrazo para quien lo da es mínimo, sin embargo para quien lo recibe es invaluable…”

José Luis Torres.
Psicólogo